¡Él renació como un sauce! Antes de que el protagonista pudiera acostumbrarse al entorno familiar pero también extraño, comenzó una gran era para el resurgimiento de la energía espiritual. La energía espiritual resurgió. Todo en el mundo floreció… Bestias feroces rugieron. Las montañas y los ríos fueron sacudidos. Aparecieron personas poderosas, con la intención de romper este mundo en pedazos. Sin embargo, para entonces, un sauce se elevó del suelo y dio sombra al cielo y al sol. El sauce podría evolucionar infinitamente. Sus frutos podrían dotar a otros de extraños poderes sobrenaturales. La energía espiritual que desprendía podía nutrir a las bestias feroces. En el cielo dominaban los tres generales de los elementos más importantes. Y En el suelo, las nueve bestias divinas dormitaban… Algunas personas me llamaban el Árbol del Mundo – Yggdrasill y me adoraban día y noche. Algunas personas me llamaron la Escalera al Cielo, que sostenía el cielo. Por supuesto, más personas me llamaron el Árbol Divino, el Árbol de la Maldición, el Árbol demoníaco y más cosas por el estilo… Pero siempre me tenían asombrado.