Justo antes de ascender a un reino superior, Su Bai fue traicionado por sus propias discípulas. Cuando volvió en sí, se encontró en un mundo moderno infestado de zombis, despojado de sus poderes y reducido a un ser común. Lo único que le quedaba era El estandarte de las Diez Mil Almas, un artefacto de bajo rango. Al activarse el sistema vinculado a la Bandera, Su Bai vio una oportunidad para recuperar su fuerza y regresar a la cima. Para su asombro, las discípulas que lo traicionaron también fueron arrastradas a este mundo por el caos del espacio-tiempo.